Nos valoran por lo que no somos

Tengo una  anécdota de la Universidad. De hecho tengo muchas, pero una de ellas con una pequeña deuda que saldar.

La Termodinámica nunca ha sido lo mío. No me gusta. No se me daba bien. Qué le vamos a hacer. En tercer curso tuve una asignatura entera de … Termodinámica. Aprobé con mucho esfuerzo, a la primera, con nota baja (supongo). Con todo, hice un trabajo de fin de curso, totalmente voluntario, con dos compañeros. Dos monstruos de la física, con expedientes para deslumbrar a cualquiera. Al profesor le gustó el trabajo que hicimos, tanto que nos llamó al despacho para ofrecernos profundizar en el tema.

Y allí fuimos los tres, a hablar con él. Cuando entramos por la puerta, de manera bastante seca, dicho profesor se dirigió a mí y me dijo, textualmente (no creo que se me vaya a olvidar jamás). «Tú no. Solo ellos dos».

Jarro de agua fría. Supongo que por entonces yo andaba con mi sueños de que me dieran el Nobel de Física, o algo así. Helado, sin saber qué hacer, recogí los cachitos de dignidad que me quedaron y me fui.

Supongo que para ser catedrático universitario no necesitas empatía. Supongo que trabajar en física de bajas temperaturas hace que seas más frío. Y supongo que no necesitas los más mínimos dones para otras muchas cosas, que no sea la investigación.

No fui un mal estudiante. Tengo dos carreras y un máster. No fui el mejor (ya sabemos que eso no existe) ni tuve el mejor expediente. Siempre me ha gustado aprender y tengo la facilidad de aglutinar a personas a mi alrededor para sacar proyectos adelante. Justo lo que hice en aquella ocasión. La Termodinámica no era lo mío, la detestaba y la sigo detestando, pero aún así convencí a dos brillantes compañeros (al principio reticentes a ello) para hacer un trabajo. Los tres. Y no me toqué  la barriga, no dejé que ellos hicieran todo (seguro que lo has estado pensando; hay mucho manager por ahí suelto). Pero aquél profesor prejuzgó por los expedientes académicos, sin reconocer que una parte del mérito era mía. Y no solo de la calidad del trabajo (donde seguro que mis compañeros aportaron más).

Evidentemente yo no me iba a dedicar a la termodinámica. Evidentemente la universidad no es una empresa, y las habilidades de organización, de gestión, no son necesarias. Pero, al margen de la falta de tacto y empatía, aquella persona me estaba juzgando por lo que hubiera esperado de mí, por lo que no era, un futuro y brillante investigador en física de bajas temperaturas. Un poquito de reconocimiento, o de prudencia a la hora de juzgar a los demás, no estaría de más.

Creo que esto pasa con demasiada frecuencia. De hecho accedemos a los trabajos cualificados con el título universitario debajo del brazo. Cuánta gente habrá que será realmente buena en algo, pero no en todo lo que se enseña en una carrera, y al que el sistema le dará una nota mediocre, al promediar. Cuántas empresas fichan a sus trabajadores en base al expediente académico. Y cuántos, en plena crisis, tendrán que dejar de estudiar por no poder acceder a una beca.

Paradójicamente no recuerdo casi nada de termodinámica, pero aquél profesor me enseñó una lección que no olvidaré jamás.

Foto: shinealight en Flickr. Algunos derechos reservados.

16 comentarios en “Nos valoran por lo que no somos

  1. Hay que informarse antes de emitir una valoración sobre alguién y sobre todo con los exámenes, donde no sólo influyen los conocimientos sino más factores.

    Lo importante es que tú si has aprendido muchas cosas aunque tu nota de termodinámica no fuera de las más brillantes.

    P.D.: Creo que por muy decano que fuera y mejor investigador hay un mínimo de empatía y de gestión , de como queramos llamarlo que se debe tener cuando uno está en cierto nivel de relevancia.
    Es como cuando en la facultad te advierten que una falta de ortografia te quita 1 punto aunque tengas el examen perfecto.

    Enhorabuena por el artículo.

    Un abrazo.

    1. Reconozco que el profesor en cuestión era todo un personaje. De hecho me enseñó otra cosa, que tampoco tiene que ver con la termodinámica: Lo que uno hace no es lo más importante del mundo. Hay gente que se cree el centro de la galaxia, en el plano personal y en el profesional. Pero dejo esta reflexión para el siguiente Pensanomiento 😉

      Un abrazo!
      Ángel

  2. Hola Ángel,
    qué me vas a decir de esto. A mí siempre me hizo ilusión investigar, pero como no tenía buen expediente el acceder a una beca era imposible. Por supuesto sin buenas notas ya se veía que los profesores no tenían hacia tí la misma actitud que hacia uno de matrículas de honor.
    Tengo carrera y pico, y cada día estoy más convencida de que la sociedad y el «mercado» laboral no valora absolutamente nada el esfuerzo. Se valora lo que inmediatamente se ve, que es el expediente académico. Pero la creatividad no tiene nada que ver con las notas.
    Mucha suerte.

    1. Muchas gracias Carolina.

      La verdad es que es difícil decir nada. Si no es indiscreción, ¿en qué te gustaría investigar?

      Simplemente mucho ánimo, y recuerda que uno siempre tiene que inventarse a sí mismo.

      Suerte!

      1. Estudié químicas, ahora estudio trabajo social, porque quiero ayudar a los demás, y estoy en paro. Investigar es apasionante, como ves me gustan cosas muy diversas y me encantaría investigar en cualquier cosa. Reinventarse como dices es imprescindible, pero es realmente difícil saber en qué, cómo elegir algo que te de unas mínimas posibilidades tal y como están las cosas. No sigo más porque me podría pasar el día entero escribiendo y no es cuestión.
        Tú si que tienes un trabajo interesante y merecido por lo que te has esforzado. Si ese profesor lo sabe tiene que ser consciente de que se equivocó contigo.
        Te sigo en twitter, por cierto. Un saludo.

        1. Gracias Carolina.

          Has elegido un camino complicado, pero muy bonito. Es difícil dar consejos, pero hay mucha verdad en lo que dices.

          Tengo un trabajo que me gusta mucho, pero no es una cuestión de esfuerzo (aunque hoy que esforzarse). Yo he tenido suerte. Por ejemplo, simplemente por nacer a principios de los 70, y tener más fácil el acceso al mercado laboral. Y muchas cosas más. Sin embargo, en un escenario tan complicado, lo que mejor funciona es ir contracorriente, identificar oportunidades, dar valor sobre el resto, diferenciarse. Y para ello lo que se necesita es convicción y mucha pasión.

          La ilusión ya la tienes, así qué ánimo! Seguro que te irá muy bien.

          1. Yo también nací a principios de los 70, más o menos, pero en mi caso creo que el mundo de la química ya estaba saturado cuando yo llegué. Quizá la suerte que tuviste es que igual no pillaste tanto boom de la ingeniería. Siempre ha habido matemáticos y físicos que han hecho lo mismo que hacen ahora los ingenieros. ¿Quién inventó la informática? Pues entre otros Alan Turing, que era matemático. Lo que me parece muy fuerte es que ahora parece que si no eres ingeniero no eres nadie. Los matemáticos y los físicos están muy denostados. Por lo que veo, las empresas solo quieren ingenieros. Es increíble que carreras tan duras como físicas y matemáticas tengan tan poco reconocimiento hoy en día.
            En segundo lugar, la suerte no es lo único, para mí una persona que ha estudiado nada más y nada menos que matemáticas y físicas no pasa desapercibida. En la vida hay un poco de todo. Currárselo y tener suerte. Básicamente porque la paradoja española es que el esfuerzo no es suficiente. Por cierto, como somos de la misma facultad ya me imagino quién es el de la termo :). Si es que… cuantos docentes necesitan urgentemente habilidades sociales.

          2. Muchas gracias Carolina. Por lo visto, también me sé vender muy bien!
            100% de acuerdo contigo. Tienes las ideas muy claras. Te contesto con más detalle en un post.
            Mucha suerte y, si puedo ser de ayuda en algo, no dudes en decírmelo. Mándame un mensaje directo en Twitter.
            Seguimos leyéndonos 😉

  3. Copio textualmente una frase que has escrito: «Siempre me ha gustado aprender y tengo la facilidad de aglutinar a personas a mi alrededor para sacar proyectos adelante».
    Eso es uno de los puntos principales para destacar en la investigación. No me dedico a ello, pero investigadores conozco a unos cuantos. Llegas a dedicarte a la investigación científica y estás más que por encima de la media de este país. Hace tiempo que me dí cuenta que el expediente académico no lo es todo, te diría que no es nada. Es cierto que los profesores no nos conocen, pero por otra parte, ellos que son profesionales de la investigación deberían saber un poquito mejor quién tiene madera para eso. Va a resultar que tengo más ojo yo, que no cobro un duro. Cosas de la vida.

    1. Ese es precisamente uno de sus puntos débiles: la escasa capacidad de saber moverse fuera del despacho/laboratorio. Deberían aprender mucho sobre como funciona una empresa (no de todas, porque hay algunas que …)

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